En la foto vemos a mi alumna Julia en una de sus posturas favoritas, Utkatasana. El nombre original en sánscrito significa poderoso, fiero, potente. Julia recién descubre el yoga. Sin embargo, aunque lleva poco tiempo practicando, su sensibilidad, dedicación, disciplina y tesón son admirables y hacen de ella un gran ejemplo. Curiosamente, esta postura es también una de mis preferidas, aunque entiendo que no se cuente habitualmente entre las favoritas de muchos. No es cómoda ni espectacular, pero para mí es sencillamente magnífica. La utilizo mucho en mis clases porque entre otras muchas razones me ayuda a observar y entender los problemas de mis alumnos, a ellos les ayuda a corregir malos hábitos posturales y comprender y mejorar otras muchas posturas que aparentemente no tienen nada que ver con Utkatasana. La incluyo mucho en mi práctica personal porque me hace sentir fuerte y vital y me aporta estabilidad y confianza. Es una pena que se refieran habitualmente a esta postura como la silla. En mi humilde opinión su nombre sánscrito resuena con tal intensidad que refleja majestuosamente su significado y así una parte esencial de su valor y beneficios.
Utkatasana es una postura de nivel básico y aparentemente simple. Sin embargo, nos enseña un montón sobre muchas cosas, entre ellas el sentido de dirección y el centro de gravedad. Aun siendo sencilla no es fácil colocar el cuerpo con la correcta alineación y mucho menos mantenerlo. Demanda mucha flexibilidad en los hombros, estabilidad en la pelvis y fuerza y resistencia en las piernas. Conlleva un trabajo intenso y conjunto de todo el cuerpo, desde la planta de los pies hasta la cabeza. Lograr que todas las piezas se integren de forma armoniosa es un desafío, pero todo lo que nos aporta esta postura vale la pena el esfuerzo. Fortalece y moldea tobillos y piernas de forma equilibrada, elimina la rigidez en los hombros y fortalece los brazos, estabiliza la pelvis y tonifica la espalda y el abdomen, así como los órganos abdominales, mejora la postura y la capacidad pulmonar. Sus beneficios no acaban ahí. Enseña determinación y capacidad para gestionar varias acciones a la vez con estabilidad y equilibrio. Junto con el poder de determinación, entrena la resistencia frente a los desafíos y frustraciones. El cuerpo y la mente se sienten fortalecidos y revitalizados.
Cuando con plena conciencia logramos sentir la conexión firme y equilibrada con la tierra desde la planta de nuestros pies. Cuando desde ahí sentimos como fluye la energía hacia la cumbre de la cabeza y más allá, recorriendo todo nuestro cuerpo pasando por la estabilidad de los tobillos, la fuerza de las piernas, la estabilidad de la pelvis, la extensión intensa y armoniosa de la columna vertebral y la potente y firme extensión de los brazos. Cuando conseguimos que todas y cada una de las piezas colaboren en perfecta armonía y logramos trascender el ardor y los gritos de protesta de muslos y brazos, manteniendo la intensidad en el cuerpo y la suavidad de los órganos sensoriales. Todos esos logros cuestan un esfuerzo, pero la recompensa lo vale: una sensación de fuerza, vitalidad y energía que nos invade desde una profunda conexión con nuestro poder interior.
Con intensidad y mucha ilusión reanudamos este fin de semana nuestro programa de intensivos para 2019. El objetivo de estos es profundizar en nuestros conocimientos y práctica del yoga, compartir dudas y experiencias, ahondar en la filosofía del yoga desde el punto de vista práctico, aprendiendo juntos cómo aplicar las enseñanzas del yoga a nuestro día a día. Estos intensivos están inspirados en nuestro antiguo programa de yoga para tu vida, formación de yoga para uno mismo. Hemos cambiado el formato para hacerlo más asequible. Para participar en los intensivos es necesario tener experiencia previa con el yoga.