Precisión, Tiempo y Secuencia: tres pilares vitales en nuestra práctica

Sa tu deerghakãla nairantarya satkãra ãsevitah drudhabhumih ((I.14))

La práctica larga, ininterrumpida, alerta y reverencial es la base firme para restringir las fluctuaciones de la mente.

El método de enseñanza de las ãsanas (posturas de yoga) de Iyengar se basa en tres pilares:

Precisión, tiempo y secuencia

No son una serie de reglas rígidas. Cada una de las tres depende de varios factores como el propósito, la condición, la edad, el momento del día, el estado mental, condiciones medioambientales etc. Además la una depende fielmente de la otra integrándose entre ellas para obtener una serie de efectos y beneficios.

Precisión

Los aspectos técnicos de las posturas se observan muy meticulosamente. A menudo se opina que nuestro sistema de enseñanza es muy complicado por la insistencia en los detalles técnicos. Sin embargo no se trata de complicar sino de proveer los mecanismos para penetrar desde el plano físico a las más profundas capas del ser. A través de esa precisión se entrena la consciencia y la habilidad de traspasar el esqueleto y la musculatura y descubrir el propósito psico-mental del ãsana.

“Cuando un ãsana se realiza correctamente, los movimientos del cuerpo son suaves y fluidos, hay ligereza en el cuerpo y libertad en la mente.”

Secuenciar

La forma de secuenciar las posturas es importante para recibir los beneficios acumulados de las ãsanas.

No se trata de hacer una postura determinada después de la otra sino de que una serie de ãsanas sigan a una serie de ãsanas. No existe una secuencia estándar.

Se compara la forma de secuenciar de Iyengar con la música clásica india. Existen notas básicas que se conocen compo ‘vãdi-samvãdi’ y patrones ascendentes y descendentes conocidos como ‘ãroha-avaroha’. El ambiente creado por una serie de posturas anterior no debe ser perturbado, sino potenciado por la siguiente serie. Al final de una secuencia se espera crear un estado de quietud y ecuanimidad. Cuando cada célula puede fluir de forma armoniosa en el momento siguiente, eso es secuenciar

Podemos cultivar y transformar nuestra mente con la ayuda de secuencias apropiadas. A través de una secuencia de posturas se consigue desarrollar un estado psico-mental en el que predomina la serenidad, la quietud y la claridad.

Una postura por si sola aunque se realice observando los pilares de precisión y de tiempo tiene una eficacia limitada comparada con una secuencia apropiada. Se trata de acumular beneficios y ahondar en los efectos a todos los niveles. Por eso al final de una práctica adquirimos un estado mental resultado de toda una secuencia de ãsanas y no de una sola.

Tiempo

El tiempo de permanencia en la postura es importante para crear y desarrollar una circulación en nuestro interior que es particular a ese ãsana.

A medida que mejora la resistencia, la capacidad y la confianza se va incrementando el tiempo.

No se trata de calcular los segundos y minutos con un cronometro ni de demostrar la potencia y resistencia. El tiempo de permanencia en una postura contribuye a desarrollar y potenciar los efectos y beneficios. Para que un ãsana surta efectos a nivel psico-mental no bastan unos segundos. Se trata de un tiempo de gestación que no depende de un reloj. Se requiere además un nivel de atención y profundización que depende de las habilidades adquiridas a través de los otros dos pilares. El cronómetro puede decirnos que hemos permanecido en Sirsasana (la postura sobre la cabeza) diez minutos pero eso por sí solo no quiere decir absolutamente nada.

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