El sabio Patañjali es el autor de los Yoga Sutras, uno de los textos filosóficos clásicos del Yoga.
Al comienzo de las clases de yoga Iyengar, recitamos la invocación a Patanjali en honor a esta antigua tradición del yoga y como señal de respeto y agradecimiento a estas valiosas enseñanzas, sabiduría y experiencia que se ha seguido trasmitiendo durante siglos.
Con este boletín he querido compartir algunas reflexiones de Geeta Iyengar para ayudar a entender mejor la razón y el valor de este hábito que seguimos los profesores de yoga Iyengar antes de comenzar la práctica de yoga.
Con este canto dejamos atrás de alguna forma nuestra vida cotidiana, dejamos a un lado nuestras preocupaciones mundanas y nos adentramos de lleno en cuerpo y alma a la práctica del yoga.
Geeta Iyengar describe una razón importante para recitar antes de la práctica: “Cantamos al comienzo de la clase para apelar a ese sentimiento de santificación desde nuestro interior junto con el sentimiento de abandono de uno mismo porque nada se puede aprender en este mundo sino tenemos la humildad para aprender. “ (de una entrevista a Geeta Iyengar por Margo Kitchen, RIMYI, 1992.)
LA INVOCACIÓN A PATAÑJALI
Por Geeta S. Iyengar (Extraido de la publicación de Yogadhara, conmemorando el 80 cumpleaños de Guruji)
Ahora déjenme contarles acerca de la invocación a Patañjali, su significado y simbolismo. La invocación comienza con Aum. Aum es el sonido primordial, un adi nada (sonido original) melódico, sonoro y sublime. Las tres sílabas A, U, M representan la gama entera del sonido y la creación. Representan el despertar del sueño y de los estados letárgicos de la conciencia. La media luna simboliza el estado transcendental. Aum es pranava que significa elevado, insuperable alabanza al principio supremo, la divinidad. Según Patañjali esto simboliza Isvara, la divinidad «tasya vacakah pranavah”. Siendo la fuente de todas las energías Aum se expresa como un principio auspicioso. Ninguna actividad sagrada será completa, profunda y perfecta sin efectuar la suprema bendición y Aum es la mayor invocación para conseguirla.
Como la música es uno de los mejores medios para expresar sentimientos, amor y devoción, se comienza así con el Aum. La invocación que cantamos primero es como sigue:
Yogena cittasya padena vacam Malam sarirasyaca vaidyakena Yopakarottam prvaram muninam Patanjalim pranjaliranato´smi
Inclinémonos ante Patañjali, el más noble de los sabios, quien nos dio el yoga para la serenar y santificar nuestra mente, la gramática para clarificar y purificar el habla, y la medicina para la perfección de la salud.
Abahu purusakaram Sankha cakrasi dharinam Sahasra sirasam svetam Pranamami Patanjalim
Postrémonos ante Patañjali, una encarnación de Âdisesa, cuyo cuerpo superior tiene forma humana, cuyos brazos sostienen una concha, un disco y una espada, y que está coronado por una cobra de mil cabezas.
Cada aspecto de la estatua de Patañjali tiene un significado al igual que las intrincadas palabras de los sutras.
Cuando observamos el ídolo de Patanjali vemos tres espirales y media bajo el ombligo. Las tres espirales indican el Pranava Aum, un símbolo místico que transmite el concepto de Dios como creador, organizador y destructor. Se le representa como omnipresente, omnipotente y omnisciente. Aum se compone de tres silabas, A, U y M con una media luna y un punto en la parte superior.
Las tres espirales completas simbolizan las silabas y la media espiral la media luna. También representa las tres gunas de prakrti (naturaleza), sattva, rajas y tamas y un modo de aspirar al estado trigunatita, que es el estado trascendental. El sabio Patanjali nos llama la atención hacia los tres tipos de aflicciones, que son adhyatmika, adhibhautika y adhidaivika, que deben ser conquistados a través del camino del yoga. Las tres espirales indican que es un maestro de Yoga, Gramática y Ayurveda. La media espiral indica el alcance del estado de kaivalya (emancipación eterna).
La concha en la mano izquierda significa el estado de alerta, atención y disposición para afrontar obstáculos que son inevitables en la práctica del Yoga. En la antigüedad la concha se soplaba como una llamada de alerta para prepararse para un desastre tal como se hace en la actualidad con las sirenas. También es un símbolo de jnana (conocimiento).
El disco, en su mano derecha significa la destrucción de la ignorancia con el esfuerzo supremo y es un símbolo de protección. La espada en la cintura, indica el cortar del ego, orgullo o sentido del “Yo” que es el principal obstáculo que cubre al ser puro. Es una espada de jnana (conocimiento) para vencer a ajnana (ignorancia). Estas tres armas también se indican para aquietar las fluctuaciones mentales, eliminar los obstáculos y erradicar las aflicciones a través de la práctica del Yoga.
La capucha en la cabeza es un seguro de protección de Adisesa, el rey de las serpientes. Esta protección está siempre a disposición del practicante siempre que se rinda ante el Señor que es representado en el atmanjali mudra, las manos en namaskara. El señor Patanjali indica con su capucha que es nuestro protector siempre que destruyamos los demonios escondidos en nuestro interior con la espada del Yoga purificándonos con la práctica yóguica.
El ídolo de Patañjali se muestra como mitad hombre mitad serpiente. La forma humana indica la individualidad del hombre, ya que ha sido dotado con inteligencia para emplear sus propios esfuerzos para alcanzar la meta. La forma de serpiente nos sugiere la moción y continuidad de la práctica que no puede ser finalizada hasta que la meta se haya alcanzado.
Patañhaku nos guía como una serpiente, intensamente, silenciosamente y rápidamente en el camino del Yoga para ser alumnos excepcionales. Si hemos entendido su significado, cuando recitamos debemos hacerlo con ese conocimiento y con devoción.
Nuestra fe debería crecer con la comprensión. Cuando el ego comienza a disolverse, los ojos empiezan a ver la grandeza de las enseñanzas inspiradas por uno de los más originales pensadores que alguna vez vivió. Nosotros somos mortales y Patañjali es un Alma inmortal. Tal como un río no conserva su identidad al unirse con el mar, dejemos que nuestras prácticas se fundan en el río de la luz ardiente del yoga, transmitida a nosotros por el Señor Patañjali.
Hari Om Tat Sat.