La importancia de la práctica pasiva de posturas relajantes o práctica restaurativa del Yoga

La importancia de la práctica pasiva de posturas relajantes o práctica restaurativa: Para de hacer, quieto, permite deshacer y recuperar.

Hace ya algo más de dos años que dedico un viernes tarde al mes a este tipo de práctica y la experiencia ha sido muy positiva y gratificante, pudiendo valorar cada vez más sus grandes beneficios.

¿Por qué valorar este tipo de práctica del Yoga?

Tanto el exceso de actividad y esfuerzo como la falta o escasez de estos, provocan desequilibrios a nivel físico, mental y emocional. De ahí el valor de complementar de forma regular la práctica de yoga activa con la práctica pasiva de posturas relajantes y reconstituyentes.

Desafortunadamente, cuando no paramos en nuestro día a día porque tenemos mil y una cosas que hacer, es habitual sentir que una práctica en la que el cuerpo está quieto es una pérdida de tiempo. Nada más lejos de la verdad.

Relajar el cuerpo y la mente con el Yoga

Día a día y año tras año, nuestro cuerpo va absorbiendo muchas tensiones. Estas pueden ser pequeñas pero constantes o puntuales pero intensas. Igualmente, las lesiones que sufrimos durante nuestra vida y los hábitos, ya sea del trabajo u otras actividades sumadas al desgaste natural de la edad, van imprimiendo sus huellas y dando forma a nuestros cuerpos. Hombros cargados, pecho hundido, abdomen tenso son solo algunos ejemplos de como nuestro cuerpo se transforma.

La tensión mental puede tener causas físicas o psicológicas, pero es muy difícil que nuestra mente encuentre la calma en un cuerpo cargado de tensiones. Tumbarnos en el sofá o la cama, sentarnos a leer un libro, salir a tomar algo, etc. nos proporcionan descansos momentáneos. Durante la práctica restaurativa de yoga se pretende restaurar, es decir, borrar estas huellas. Colocando el cuerpo con consciencia, sosteniéndolo con apoyos en diversas posturas, vamos poco a poco deshaciendo esas tensiones. Estos soportes pueden ser cojines, mantas, cuerdas y sillas, entre otros.

Estimulamos al pecho a elevarse y abrirse, creando espacio para facilitar la entrada de oxígeno en los pulmones, fundamental para recuperar la energía, ayudamos a descargar los hombros, a descansar la cabeza, a relajar y liberar las tensiones acumuladas en el abdomen y la garganta, dos zonas claves para nuestra salud.

Tiempo y secuencia

Para que el cuerpo y la mente se relajen es necesario mantener las posturas durante cierto tiempo. Por esta razón es importante colocar bien el cuerpo y utilizar los soportes adecuados. Con una práctica regular podemos poco a poco incrementar el tiempo de permanencia y complementar con posturas de nivel más avanzado y así intensificar los beneficios.

También es importante el efecto acumulativo de las posturas que facilitan y profundizan el efecto relajante y reconstituyente de la práctica.

Beneficios para todos con los ajustes correctos

Si bien es cierto que este tipo de posturas son placenteras y relajantes para la gran mayoría, para algunas personas que padecen de problemas de espalda pueden resultar incómodas y a veces dolorosas. Tal ha sido mi experiencia en mi propia práctica y como profesora en el caso de algunos de mis alumnos en un comienzo. Sin embargo, aprendiendo a colocar el cuerpo correctamente con los soportes adecuados y en ocasiones con variaciones ajustadas a la condición particular de cada uno, todos podemos disfrutar de los grandes beneficios de este tipo de práctica.

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