Cómo crear hábitos saludables que formen parte de nuestra rutina.

La rutina puede resultar tediosa pero si la entendemos desde una perspectiva positiva se traduce en estabilidad y si la usamos de forma constructiva fomentando buenos hábitos que nos aporten bienestar se puede convertir en una gran aliada.

¿QUÉ SON LOS HÁBITOS? ¿QUÉ SIGNIFICA LA RUTINA?

Según la Real Academia Española, rutina se define como “costumbre o hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y de manera más o menos automática.”

Hábito se define como “modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas.” En otras palabras un hábito es el resultado de una acción que repetimos frecuentemente casi sin pensar.

Piensa en tu día a día y en esas acciones que repites como lavarte los dientes después de comer, apagar las luces cuando sales de casa, quitarte los zapatos al llegar a casa. Las repetimos tantas veces que quedan grabadas en nuestra rutina, como consecuencia no requieren que les prestemos atención y no nos cuesta esfuerzo llevarlas a cabo. Por el contrario, cuando queremos realizar una nueva actividad necesitamos mucha motivación y esfuerzo.

Los hábitos tienen dos características importantes: Están muy arraigados y se realizan de forma más o menos automática.

Y nuestra gran pregunta es ¿Cómo incorporar hábitos nuevos y saludables?

En 2009 se publicó un estudio de la Universidad College de Londres en el European Journal of Social Psychology en el que se calcula una media de más de 2 meses antes de que un nuevo comportamiento se convierta en automático. El tiempo puede variar mucho dependiendo del comportamiento, la persona y de las circunstancias.

Por lo tanto necesitamos repetir esas acciones que queremos convertir en hábitos de manera constante durante un tiempo para que vayan quedando grabadas y que poco a poco el esfuerzo necesario para realizarla disminuya. Además de disminuir el esfuerzo, curiosamente disminuye notablemente la dificultad para encontrar el tiempo necesario para realizar esa actividad. Resulta que el tiempo es algo muy relativo.

¿QUÉ NECESITAMOS PARA CAMBIAR UN HÁBITO?

Intención, frecuencia y una buena actitud

¡LA ACTITUD ES ESENCIAL!

Aspectos útiles a tener en cuenta para una buena actitud:

Sembrar: Pasito a pasito vamos sembrando semillitas prestando mucha atención a como lo estamos haciendo, tomando consciencia de como nos hace sentir.

Practicar, practicar y practicar (constancia y paciencia): Aceptar que el fruto no será inmediato y que puede ser un proceso largo y complicado.

Disfrutar del proceso: Apreciar cada pequeño paso que damos y tomar consciencia del valor del aprendizaje a lo largo del camino.

¿QUÉ INFLUYE EN EL CAMBIO DE CONDUCTA?

La motivación y la fuerza de voluntad juegan un papel crucial pero es importante entender sus diferencias para cultivar un cambio sostenible.

Ambas son fuerzas impulsoras que nos ayudan a conseguir nuestros objetivos pero su naturaleza y origen son muy distintos.

La motivación tiene mucho que ver con esa ‘emoción’ que nos impulsa al ponernos manos a la obra, y por el contrario la fuerza de voluntad es la capacidad de mantener el rumbo hacia nuestra meta venciendo los obstáculos. Esta tiene más que ver con ‘la razón’.

Comprender la naturaleza de ambas nos ayuda a gestionarlas mejor para potenciar sus poderes.

La motivación se define como el “conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona”. Existen entonces dos tipos: 1. extrínseca (depende del exterior, alguien que genere esa motivación) y 2. intrínseca (depende de nosotros mismos). Entender que somos responsables de nuestro propio proceso de cambio, que somos libres de decidir y escoger, nos sentimos con más fuerza y más ánimo y en consecuencia los resultados serán mejores.

La motivación es clave para el cambio pero es temporal, se caracteriza por su naturaleza dinámica y fluctuante, es decir, con el tiempo su intensidad puede disminuir. Es aquí donde necesitamos la fuerza de voluntad.

Podemos entrenar la fuerza de voluntad para convertir esta misma en un hábito que quede arraigado en nuestro día a día. La fuerza de voluntad funciona como los músculos. Cuanto más la ejercitamos, más fuerte estará. Cuanto más constante sea nuestro entrenamiento, más estable y resiliente será la fuerza de ese “músculo”.

¿Cómo entrenamos la fuerza de voluntad?

Estableciendo metas realistas y alcanzables.

Comenzando con pequeños compromisos y gradualmente pasar a otros que nos cuesten un mayor esfuerzo. Este entrenamiento gradual nos permitirá que la fuerza de voluntad se vaya fortaleciendo de manera constante que nos ayude a su vez a incorporar rutinas saludables en nuestro día a día. Esta estrategia nos servirá igualmente para crear nuestros hábitos saludables.

CONSEJOS PARA INTRODUCIR O CAMBIAR HÁBITOS:

*Establecer objetivos concretos (entre más concreto mejor):

Esto facilita enfocarnos en nuestra meta. Por ejemplo, un objetivo abstracto sería “hacer yoga” y más concreto sería “asistir a clase presencial de yoga dos veces a la semana” o “asistir una vez a la semana a clase presencial de yoga y una vez a la semana seguir una clase online” o si queremos concretar más aun “asistir a clase presencial de yoga dos veces a la semana lunes y miércoles después del trabajo en …”.

Entre más concreto, más fácil será ir a por ello.

Empezar de forma gradual:

Por ejemplo, si tu objetivo es asistir a clase de yoga y sabes que te cuesta mucho organizarte, puedes empezar por asistir una vez en semana y poco a poco con la recomendación del profesor realizar algunas posturas o rutinas cortas en casa. Más adelante puedes asistir dos veces presencial o una presencial y otra online, ir añadiendo rutinas a tu día a día y así poco a poco ir incrementando tiempo y frecuencia. Lo más importante es mantener la constancia para no perder el hábito.

Agendar:

Importantísimo fijar en nuestra agenda una fecha limite para comenzar el nuevo hábito y cuanto ántes mejor. Esperar a que llegue el momento adecuado suele llevar a procrastinar eternamente. Marcar día y hora en nuestra agenda. Cuando hablamos de hábitos que tienen que ver con nuestra salud tenemos que darles el justo valor y aprender a priorizar. Marcar como una cita con el médico sino estaremos condenados a la procrastinación. Esto nos ayudará a mantener la constancia.

Recompensarnos por los pequeños logros:

Marcar también en la agenda los logros que vamos consiguiendo. Es una forma de dar visibilidad al progreso y los resultados que vamos alcanzando en el camino y así fomentar nuestra motivación y fuerza de voluntad. Disfrutar del proceso.

Compartir:

Podemos ayudar a nuestra fuerza de voluntad compartiéndola con otros. Encontrar a un amig@ o familiar junto a quien comenzar este nuevo hábito puede ayudarnos muchísimo en especial cuando flaquea nuestra motivación, cuando abordamos las resistencias y como no celebrar juntos los pequeños logros.

Priorizar tu autocuidado:

Nuestra lista de cosas que hacer suele ser larga y repleta de un sinfín de tareas, obligaciones y responsabilidades. Al final de la lista solemos encontrar nuestras necesidades de autocuidado por si tenemos suerte y nos da tiempo.

Muy a menudo consideramos muy importante aquello que resulta no serlo tanto y descuidamos aquello que es verdaderamente valioso. No olvidemos que si estamos bien mejora y mucho nuestra capacidad para realizar todas esas tareas que “consideramos tan importantes y que no nos dejan tiempo para dedicarnos a nuestro autocuidado”. Si estamos bien sin duda alguna, podemos cuidar mejor y hacer más felices a los que nos rodean.

Nuestro bienestar, nuestra salud requiere que prioricemos pensando a medio y largo plazo. Aquí sí que debemos desviar nuestra atención del momento presente y hacer una importante reflexión a medio y largo plazo.

Piensa en todas las veces que te dejas engatusar por aquellas actividades que te hacen sentir bien de manera inmediata y pasajera (eg. Enredarnos en las redes sociales, distraernos con el whatsup, perdernos en el sofá viendo las innumerables ofertas de series y películas…)

Reflexiona bien sobre aquellas actividades que verdaderamente te llenan y enriquecen, aquellas que no solo disfrutas en ese momento sino que te dejan luego con una sensación de felicidad y bienestar que perdura y contribuye a tu transformación y desarrollo personal (pasar tiempo de calidad con tus seres queridos, practicar yoga, mindfulness, realizar algún deporte o actividad física que te guste de verdad como por ejemplo bailar, pasear en la naturaleza, montar en bici, realizar actividades que disfrutes como por ejemplo cocinar…)

Los hábitos se contagian unos a otros

Esta característica de los hábitos puede servirnos de motor motivador. Piensa que cuando creamos un hábito saludable, este va a motivar, reforzar y facilitar de manera natural otro hábito saludable por lo que los próximos nuevos hábitos nos costarán menos esfuerzo.

Por ejemplo, practicar yoga de manera regular contribuye a un sueño más reparador con lo cual te levantas con mas vitalidad, cuando suena el despertador no tienes necesidad de darle varias veces a los 10 minutos de más hasta que por fin encuentras la fuerza para salir de la cama, tendrás entonces más tiempo para desayunar mejor o para esa practica de meditación o ese ritual de belleza para el que nunca tienes tiempo porque te levantas con prisas y así…

Practicar yoga de manera regular te hace más consciente de lo que te sienta bien o mal, como reacciona tu cuerpo y tu mente. Este desarrollo contribuye a tu motivación para cuidar de tu alimentación como por ejemplo evitar esas cenas pesadas y tardías que te sientan mal y así…

¡Ánimo con la rutina y la creación y mantenimiento de los buenos hábitos!

Si quieres convertir la práctica de yoga en uno de tus hábitos saludables y no sabes como contacta conmigo.

Puedes elegir la modalidad que mejor te convenga: clases de yoga presenciales en Las Palmas o Tafira, clases de yoga on-line desde tu casa o tu trabajo, o bien una combinación de ambas. Además las clases quedan grabadas por si no puedes asistir en tiempo real. Lo más importante es que logres crear una rutina de práctica y que esta sea sostenible.

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