¿Por qué practicar yoga?
El yoga es una experiencia integral que beneficia el cuerpo, la mente y las emociones.
La práctica regular del yoga desarrolla la fuerza interior y la resistencia natural del cuerpo, ayuda a aliviar el dolor y trata la raíz , no solo los síntomas del problema. Aunque sea esencialmente una ciencia espiritual, su práctica nos lleva al bienestar físico y emocional.
El yoga es eterno y atemporal, nos decía el gran maestro Iyengar. Es la respuesta a la infinita presión que ejerce sobre nosotros la vida moderna. Aporta equilibrio a nuestras vidas, tranquiliza la mente inquieta y nos lleva a un lugar de absoluta serenidad. Es entonces cuando descubrimos nuestro verdadero yo.
La gran ventaja del yoga es que lo puede practicar cualquiera. La práctica se adapta a las necesidades de cada persona de acuerdo con su edad, su constitución, su sexo y su condición física específica.
Las posturas de yoga ayudan a distribuir de manera uniforme la fuerza vital, que aporta a la mente un estado de calma. Cuando practicamos yoga nos enfrentamos a la vida no como víctimas, sino como personas capaces de controlar las situaciones, las circunstancias y nuestro entorno.
El yoga es una práctica holística. El cerebro y el cuerpo trabajan juntos y la energía se equilibra entre ambos. En ningún otro ejercicio la mente y el yo participan tan plenamente en el cuerpo, lo que da como resultado un desarrollo integral y armónico. Otras formas de ejercicio trabajan con y para los sistemas esqueléticos y muscular. Sin embargo, las posturas de yoga penetran en todas las capas del cuerpo y en última instancia en la propia conciencia.
La práctica regular de estiramientos, torsiones, flexiones e inversiones-los movimientos básicos de las posturas tiene efectos beneficiosos para todo el cuerpo. No solo tonifican los músculos, los tejidos, los ligamentos, las articulaciones y los nervios, sino que además mantienen el buen funcionamiento y la salud de todos los sistemas del organismo.
El yoga equilibra a la perfección los diferentes sistemas: respiratorio, circulatorio, nervioso, hormonal, digestivo, excretor y reproductor. Ese equilibrio en el cuerpo nos infunde paz mental, al tiempo que mejora la claridad intelectual. Relajan el cuerpo y la mente, lo cual les permite recuperarse de la fatiga y del estrés de la vida cotidiana.
La práctica regular de posturas de yoga y ejercicios de respiración fortalece el sistema nervioso, mejorando nuestra capacidad para enfrentarnos a situaciones de estrés de manera positiva.
Aunque todas las formas de ejercicio comportan sensación de bienestar, también fatigan el cuerpo. El yoga lo refresca, mientras que otros ejercicios lo agotan.
A diferencia de otras formas de ejercicio en las que se ejerce mucha presión sobre músculos y huesos, el yoga rejuvenece el cuerpo con suavidad. Al restaurarlo, libera a la mente de los sentimientos negativos causados por el ritmo acelerado de la vida, llenándonos de esperanza y optimismo.
La práctica del yoga estimula y cambia las actitudes emocionales y convierte la aprensión en valentía, la indecisión y la falta de criterio en una capacidad positiva para tomar decisiones, y la inestabilidad emocional en confianza y equilibrio mental.
Las posturas de yoga tonifican y fortalecen todo el cuerpo, corrigen la postura, mejoran la respiración y aumentan la energía. Otras formas de ejercicio se ocupan solo de determinadas partes del cuerpo. El yoga implica esforzar por igual todas las partes del cuerpo, sin exceso para ninguna de ellas. Esta capacidad lo convierte en un estupendo complemento para cualquier actividad o deporte, ayudando a reequilibrar y restaurar el cuerpo, prevenir y curar lesiones, además de mejorar el rendimiento.
La práctica regular del yoga aumenta la circulación de la sangre fresca por todo el organismo, purgando el cuerpo de enfermedades y toxinas generadas por hábitos poco saludables y malas posturas. Esta acción purificadora devuelve la fuerza y la resistencia al cuerpo. Las asanas o posturas de yoga, junto con el pranayama o control de la respiración, rectifican los trastornos físicos, fisiológicos y psicológicos. Ejercen así un impacto positivo y regenerador en los efectos del estrés y la enfermedad.